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martes, 5 de junio de 2012

Saltimbocca alla Viguesa



Entre las recetas que vamos retomando en nuestra cocina, no pueden faltar platos de origen italiano, aunque éste sea remoto o simplemente nos recuerde a la cocina del país de la bota o, en cualquier caso, nos dé la idea. Lógicamente los niños son "la clientela" ideal para estas recetas, porque los sabores son  suavintensos (nuevo vocablo creado en esta familia, fusión entre los términos suave e intenso y candidato a formar parte del DRAE, como agridulce, maridaje y demás zarandajas culinarias). Traducido: son un éxito. Tradicionalmente la Saltimbocca se hace con ternera y queda suavecilla y muy tierna, es decir, "salta en la boca". Nosotros hacemos nuestra propia versión con lomo de cerdo y está de vicio. Ahora la compartimos contigo, ávido cocinero. (O cocinera, que no queremos molestar a nadie, ojo, y hoy en día hay que intentar ser muy correctos...)


Saltimbocca alla viguesa


Ingredientes:

  • 1 Bandeja (300 g.) de lomo de cerdo fresco cortado muy fino. No utilizar adobado con pimentón. (Hemos comprado marca Eroski)
  • 250 g. de jamón serrano, a ser posible bajo en sal
  • 2 bolas de mozzarella fresca. (Utilizamos la de Lidl)
  • Salvia fresca. (Obsequio de Lucía, nuescra suministradora de plantas aromáticas oficial)
  • Caldo de pollo en brick
  • 1/2 vaso de vino blanco no muy ácido
  • Harina común de trigo
  • Pimientas variadas (Molinillo de especias)
  • Una nuez de mantequilla
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Palos de brocheta

 Dificultad: Para principiantes de andar por casa

PREPARACION
Cortamos la mozzarella en rodajas de 1/2 cm. Salpimentamos el lomo por ambos lados, pero, atención, deberemos haber probado previamente el jamón. Si está salado hay que evitar poner sal en el lomo, so pena de arruinar el plato.


Tomamos un filete de lomo, ponemos encima una rodaja de mozzarella junto con una hojita de salvia y cubrimos con una loncha de jamón. Pinchamos el conjunto "cosiendo" con el palo de brocheta de forma que  no se nos desmonte y listo. Hacemos lo mismo con todos los ingredientes que queramos utilizar.

En una sartén grandota ponemos al fuego una cucharada de aceite y la mantequilla. Cuando alcance la temperatura adecuada freímos nuestros filetitos empezando por el lado del lomo. Un minuto por cada lado es suficiente. Vamos retirando a la fuente de servir y mantenemos caliente en horno o en una placa de la cocina, porque al ser tan finos enfrían muy rápido. Ojo con el aceite: si se queda escaso pondremos un poco más a medida que vayamos cocinando. No es conveniente añadir más mantequilla.

Vamos con la salsa: en la misma sartén y con el aceite sobrante de freír toda la carne, doramos 1/2 cucharada de harina. Cuando esté hecha, añadimos el vino blanco y removemos hasta que se evapore el alcohol. Ponemos dos vasos de caldo de pollo y, a fuego suave, removemos mientras dejamos que la salsa reduzca.

Ya solo queda salsear ligeramente (ojo, no nos pasemos, es preferible que el que quiera más la añada individualmente, pero el plato solo necesita un toquecito) y zamparnos nuestro plato. En casa no quitamos los palitos, pero si se hace, queda como más elegante...



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